Síntesis y desafíos

 

Los siguientes objetivos e interrogantes relacionan, resumen e integran el contenido de todos los títulos y bloques anteriores. Podemos usar esas finalidades y preguntas, confeccionadas en base a la relevancia profunda y actual del acontecimiento guadalupano, para interpretar y valorar nuestras situaciones comunitarias y personales.  

 

 

I. Para que nuestras comunidades logren más fácilmente plasmar un camino o método de incondicional relación y dialogo de salvación, que colabore a generar realidades que reflejen y prolonguen en la historia el ser uno, diverso y armónico de Dios en sí; al ser capaces de asumir y desplegar lo previo de todos y cada uno de los protagonistas colectivos y singulares de la evangelización.

 

1. ¿Somos capaces de escuchar, dar respuestas adecuadas y generar protagonismo compartido, creciendo en la unidad y fraternidad, al vivir y compartir así nuestras riquezas y diversidades?

2. ¿Favorecemos la reconciliación, paz y vida plena, particularizando el anuncio de la redención en el amor a cada memoria y medio cultural, para que efectivamente se concrete la misma de modo universal?

3. ¿Buscamos ser factores de fecundidad y armonía, visitando las diversas situaciones y haciéndonos así presentes, para obrar solidariamente en el intento de rescatar, encontrarles y/o ponerles sentido?

 

 

II. Para que nuestras comunidades logren favorecer y encarnar una actitud que manifieste la Bondad de Dios, para desde ella testimoniar la Palabra en nuestro presente, articulando comunicaciones pluralistas, sin caer en perversas fundamentalizaciones o inalterables monólogos.

 

4. ¿Somos testigos y mensajeros en nuestro hoy, con una vida teologal encarnada y ejemplar, al obedecer y compartir la voluntad de Dios, siempre asumiendo integralmente la actualidad que nos toque vivir?

5. ¿Favorecemos un mundo y comunidades más hermosos, viviendo nuestro poder como servicio; siendo verdaderas autoridades, que dejándonos responsablemente enseñar especialmente por los más pobres, colaboremos a su afirmación, seguridad y despliegue? 

6. ¿Buscamos el cultivo de un saludable pluralismo, propiciando identidades flexibles y dinámicas, y favoreciendo el acceso generalizado a los regalos del Señor, siendo misericordiosos y muy maternos?

 

 

III. Para que nuestras comunidades persigan y logren una constante y permanente comunicación que realice lo que significa, convertidas y conformadas por el Espíritu Santo, que nos orienta y guía; y al desencadenar un compromiso histórico abierto a la trascendencia, que colabore a una sinfonía universal y solidaria entre culturas y pueblos, en la construcción de un destino común y más pleno.

 

7. ¿Caracteriza nuestra existencia y acción el intento permanente de fecundar, recibiendo y dando generosamente lo de Dios, para hacer posible hasta lo humanamente impensable; al propiciar el encuentro entre el Resucitado y cada peculiaridad cultural, tanto en sus inclinaciones profundas, como en el nivel de sus manifestaciones visibles?
8. ¿Como Pueblo de Dios, viviendo lo anterior en la entrega cotidiana, buscamos ser un surco de eternidad en la historia, uniendo cielo y tierra con una comunicación humana, humanizadora y sacramental?  

9. ¿Somos Madre que da la Vida y educa en madurez, animando a sus diversos hijos a enriquecer y enriquecerse en interrelación de mestizaje, integración y síntesis?
10. ¿Favorecemos una evangelización inculturante e inculturada, proporcionando sentidos a nuestra peregrinación, que muevan a que sea compartida, y a edificar y sanar en la oración y el diálogo, en el encuentro con Dios y los hermanos?

 

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